5 de noviembre de 2019.- El modelo económico lineal que nos rige hoy en día, basado en “tomar, hacer y desechar”, se sustenta en disponer de grandes cantidades de energía y otros recursos baratos y de fácil acceso. No obstante, se está llegando al límite de su capacidad física. Por ello, la economía circular es una alternativa atractiva y viable que ya han empezado a explorar distintas empresas.

Pero ¿de dónde surge?

Esta nueva economía, nace a través del abuso indiscriminado de nuestro planeta, así, como de la sobreexplotación de los recursos naturales desde la revolución industrial y la falsa creencia de que los recursos son infinitos, causando erosión del suelo, contaminación del agua y, recientemente, el constante aumento en los precios de los recursos.

La economía circular es reparadora y regenerativa, pues esta pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general, mantengan su utilidad y valor en todo momento. Este concepto distingue entre los ciclos biológicos y los ciclos técnicos.

La economía circular consiste en un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y flujos renovables. Además, de su funcionamiento eficaz en todo tipo de escala.

En HEINEKEN México creamos una herramienta de autoevaluación de economía circular, basada en el marco ReSOLVE*, que después de implementarse en todas las áreas funcionales de la empresa, nos proporcionó una línea de base, sobre la cual, estamos estrechamente alineados con la economía circular.

*ReSOLVE: Modelo para identificar oportunidades de negocio dentro de la economía circular. Este marco toma los principios básicos de la economía circular y los aplica a seis emitidos, a saber: Regenerar, Compartir, Optimizar, Bucle, Virtualizar e Intercambiar.